El Mirador del Laguito fue mi primer edificio diseñado en la ciudad y fue un gran éxito en ventas, con la inmobiliaria vendiendo toda la propiedad en menos de un mes. Sin embargo, este rápido éxito también generó numerosos desafíos para su desarrollo. Los desarrolladores del proyecto se dejaron llevar por la avaricia e intentaron obtener ganancias rápidas con dos proyectos adicionales, los cuales fracasaron estrepitosamente y en los que no fui involucrado (afortunadamente, gracias a la divina providencia).

Aunque nunca se completaron los pagos por honorarios en su totalidad, esta experiencia representó un hito crucial en mi carrera profesional. Aprendí valiosas lecciones sobre la importancia de la confianza y la lealtad en los negocios, comprendiendo que en el mundo empresarial hay que elegir cuidadosamente a quienes confiar y mantener la lealtad hacia aquellos que realmente valoran y respetan tu trabajo.